Si creías que era imposible levantarse con más mala hostia que tú por las mañanas, te equivocabas: cualquiera de los despertadores que listaremos a continuación están pensados para poner a prueba los nervios del más pintado. Eso sí, te garantizan que
llegarás puntual al trabajo.
Despertador Blowfly: si lo que más te fastidia cuando estás en la cama es oir el
zumbido de un mosquito, esta es (o no es, dependiendo de cómo se mire) tu alarma. Cuando llega la hora, la hélice se pone en marcha y la bola
comienza a sobrevolar tu habitación emitiendo un molesto zumbido. Para apagarla tendrás que levantarte de la cama, así que no vale el típico manotazo y media vuelta.
Despertador Clocky: este simpático despertador motorizado caerá de la mesilla y empezará a recorrer la habitación mientras te taladra los tímpanos con
pitiditos al estilo R2. Una vez más, tendrás que levantarte y perseguirlo si quieres acabar con tanto sufrimiento inútil.
Aquí podemos verlo en acción.
Despertador Sonic Bomb: el nombre lo dice todo. Esta
obra del Mal no te despierta, te manda a un universo paralelo durante unos segundos y te devuelve al mundo real de una patada al culo. No logro imaginarme cómo tiene que ser despertarse con esto por las mañanas, pero no demasiado diferente del
infierno, eso seguro. Pónsela a tu abuelo, el que se refugiaba de las bombas en cuanto oían la alarma durante la Guerra Civil, y
conseguirás cobrar la herencia en 24 horas.
Aquí lo vemos.
Despertador Sfera: este despertador de forma esférica pende de un hilo sobre tu cama. Si eres un adicto al '
snooze', Sfera conseguirá quitarte la tontería en un par de noches. Si pulsas dicho botón, la próxima vez que suene (entre 3 y 5 minutos después) la bola
habrá subido unos cuantos centímetros. De esta forma, cuando ya le hayas dado al '
snooze' unas cuantas veces el despertador estará tan alto que
te verás obligado a incorporarte para apagarlo.
Después de ver estos inventos, uno se pregunta si realmente los que inventaron la bomba atómica fueron tan mala gente.