Si alguien ha jugado alguna vez a "burro" sabrá la mezcla entre nervios y euforia que se vive en cada mano. Para los que no conozcan el juego, consiste en ir pasando cartas hacia el jugador de tu derecha, de forma que a la vez que pasas una recibas otra por tu izquierda. El primero en conseguir cuatro cartas iguales coloca la mano en el centro de la mesa y grita "burro", y todos los demás jugadores han de colocar sus manos encima de la del ganador tan rápido como sea posible, ya que el último en colocarla pierde. Todo esto a toda leche y sin apenas tiempo para pensar.

Bien, ¿te imaginas que el que perdiera recibiera una descarga eléctrica en la mano? ¡No hace falta imaginarlo! Por 29'70€ puedes hacerte con el Lightning Reaction Revenge, un juego de reflejos que castiga al más lento con un calambrazo nada despreciable. Cada jugador coge uno de los cuatro mandos y se pulsa el botón central; entonces, el artilugio empieza a emitir unas lucecitas y un sonido desquiciante durante un periodo de tiempo aleatorio. En cuanto la actividad cesa, el último jugador en pulsar el botón de su mando recibe una descarga eléctrica. En esta versión mejorada del juego (los modelos anteriores eran el Ligthning Reaction y el Lightning Reaction Extreme), además, se incluye una modalidad aún más destroyer: sólo se salvará del calambrazo el primero que pulse el botón, que verá a los demás jugadores soltar el mando entre grititos.

Podéis comprarlo en la tienda online MyCrazyStuff.com, y la verdad es que a mí me parece una pasada de juego. Funciona con tres pilas AAA (incluidas en la caja), pero desde luego la descarga es mayor de lo que a priori podría parecer.





Tras ver este vídeo uno se siente con ganas de retar a ese desgraciado que te robaba el bocata en el recreo cuando eras pequeño, o al cuatroojos que no te dejaba copiar en los exámenes, o a ese portero de discoteca que te echó de mala manera simplemente porque no podías mantenerte en pie. Si existe una forma más viril de solventar las diferencias entre dos personas, yo no quiero saberla.

Era de esperar que tarde o temprano alguien inventara algo en respuesta al Kiniki, aquel bikini que os ponía morenitas sin necesidad de hacer topless. Y así ha sido: la tienda online alemana Racheshop ha puesto a la venta un bikini cuya tela se desintegra a los pocos minutos de entrar en contacto con el agua. Así de simple.

Por supuesto, no han faltado las pataletas de las de siempre, aquellas que sólo tienen como objetivo en la vida ver machismo y denigración donde quiera que vayan. La defensora de los derechos femeninos Rosmarie Zapfl ha dicho que "es un insulto a la mujer que siquiera exista este invento”. Curiosamente, nadie se ha quejado de que exista su homólogo masculino (un bañador fabricado en la misma tela).

Ya sabéis qué regalar el verano que viene (para este ya llegamos un poco tarde). Eso sí, más te vale tener confianza con tu amiga/o y asegurarte de que se toma las cosas con sentido del humor si no quieres que sea ella/él la/el que te desintegre a tí, y no precisamente a base de agua.

Savona: la ducha multiusos

Publicado por Nando | 4:11 | 6 comentarios »

Si algo hemos aprendido de los inventos que he ido colgando (en todos los aspectos) durante todos estos meses es que la raza humana va a peor. Y puedo volver a demostrarlo.

La casa Di Vapor pensó en algún momento que podía ser buena idea crear una ducha que añadiera algunas pijotadas útiles a costa de lanzar su precio a la estratosfera. Por pijotadas útiles podemos entender dispositivo de vapor, un panel de control para regular la humedad o la temperatura del mismo, una radio...

-Espera, ¿has dicho una radio? ¿En la ducha?
-Déjame continuar.

...una luz, un ventilador...

-¿Un ventilador? ¿Para qué...?
-¡Tsssch!

...un reproductor de música MP3...

-Pero si yo ya tenía uno en el soporte del papel higiénico...

...o un teléfono.

Sí, señores, un teléfono. De esos para llamar. En la ducha. Dentro de ella. Que funciona mientras te duchas. Para que hables. Y esas cosas.

Un teléfono en la ducha.

¿Es este el futuro del ser humano? ¿Es esta nuestra máxima aspiración? ¿Permitir que una adolescente rubia y pija, capitana del equipo de animadoras y la más popular del insti, pueda hablar con su amiga la borrega lameculos en una infinita retahíla de 'oseas', al ritmo del grupo pop del momento (compuesto por cinco metrosexuales de dudosa virilidad) que se escucha por los altavoces, mientras una nube de vapor abre sus poros y purifica su piel para que esté deslumbrante en el baile de graduación? Seguro que su padre, el ejecutivo casado felizmente con esa estupenda ama de casa y mejor madre, se gastó bien a gusto las 1800 libras que vale el jodido aparatito. ¡Ah, no, espera, que lo compraron nada más salir! Entonces les costó 3000.

"¡Hey, tía, te dejo, que mi padre me va a llevar en su Rolls Royce al centro a comprarme unas botas que vi el otro día que, osea, eran súper monas!".

A tomar por culo.


PD: por cierto, poco a poco seguimos creando El Baño. Ya podemos equiparlo con el soporte musical de rollos de papel, el móvil con maquinilla de afeitar, la impresora de papel higiénico y esta magnífica ducha con teléfono. Sólo nos falta la nevera y algún tipo de bidé acolchado en el que se pueda dormir para poder vivir en cinco metros cuadrados.

Uhm, lo cierto es que llevo 15 minutos intentando encontrar la forma de escribir sobre esto, pero cada vez que intento ponerme acabo perdido en mis pensamientos intentando imaginar a qué clase de persona se le pudo ocurrir semejante invento, jojo.

Bien, centrémonos. Supongo que todos sabréis lo que es un podómetro, ¿no? Sí, hombre, aquel aparatito que uno se engancha a la zapatilla y que va registrando cada paso que das, para poder hacer una estimación al final del trayecto. Pues esto es lo mismo, pero en vez de en la zapatilla uno se lo coloca en la churra. Ya sabéis, una cenita romántica con la novia, una sesión de cine en la sala más vacía, que si 'ay, cuánto te quiero', que si 'ay, dame un besito', que si 'ay, cariño, que me estás clavando el móvil'... ¿el móvil? ¿No te lo habías dejado en casa?

Con el penómetro debidamente colocado, comienza la acción: descubre si tú no provienes del mono, sino del conejo, comprobando tu puntuación al acabar. Ya estoy imaginando las conversaciones al día siguiente con los amigachos:

-Ts, ts, mira la puntuación que conseguí ayer con la Jenny y aprende, chavalote.
-¡Joder! ¿Pero en urgencias qué le dijeron?

¿Qué? ¿Que se te ocurre otra utilidad para esto? ¡No me lo creo!

NOTA: y NO, una puntuación de 5 NO es normal.

Bien sabéis que no me gusta salirme del tema principal de mi blog si no es necesario, pero lo que voy a decir me lo pide el cuerpo a gritos.

Escribo esto a raíz de varias 'invitaciones' que he recibido de gente que propone cambiar votos para el concurso de Premios 20blogs de La Blogoteca, y tras haber visto que hay blogs en los que la mitad de comentarios son del tipo 'si me votas, te voto'. Bien, señores, sepan ustedes que gracias a cosas como ésta resulta de una ingenuidad enorme esperar que alguien juegue limpio en un concurso que ofrece la oportunidad al participante de tener voz y voto en la elección de los ganadores. Cuando yo me curro mi blog (o al menos lo intento) lo hago para que el que entre disfrute con mis entradas y porque yo mismo me lo paso bomba escribiéndolas y releyéndolas más tarde. Y en un concurso que valora precisamente eso, me parece de lo más pueril y lamentable que tanta gente pretenda ganar puestos con intercambios de votos que harían llorar al Niño Jesús.

Por si esto sirve para disuadir al siguiente que entre a ofrecerme un intercambio, el concurso en sí me importa un carajo. ¿Que gano (cosa poco probable)? Perfecto. ¿Que quedo en un lugar aceptable? Perfecto. ¿Que quedo relegado al último puesto? Igualmente perfecto, mayor motivo para currármelo más, y creedme cuando os digo que no me quitará el sueño. Que nadie espere que le vote por el simple hecho de que él/ella me haya votado a mí, porque se va a dar en los morros. Si aún queda alguien con principios entre los participantes (que supongo y espero que sí), curráoslo y tendréis mi voto, y supongo que como el mío unos cuantos más provenientes de gente que sepa apreciar un trabajo bien hecho y conozca el significado de la palabra 'mérito'.

Después nos cascarán concursos del tipo 'envía un SMS' o 'regístrate' y listo, y nos preguntaremos por qué hacen concursos tan poco interactivos. Y es que tenemos lo que nos merecemos.

Hoy saldré un poco de la tónica que hasta ahora he venido siguiendo en cada actualización para mostraros algo que todo el mundo debería ver. Nada de descripciones, comentarios o críticas: Slap Chop en estado puro.




Frases a destacar:

"Mira mi papa: un golpe, glandes. Más golpes, papas fritas"
"Aquí llega un shampiñón"
"Orias haser ensalaras, por eso no las hases"
"No más tuna aburrida"
"Mira mi huevo"
"Ahora tu vira está más exitante"
"Te cuesta un dólar en la tienda de helaros"
"Sebollas me hasen llorar, te hasen llorar, no más llorar"
"Pacos, borritos, lengüini, perechini, martini, riquini"

Lo cierto es que el invento es la leche, aunque yo quiero un pack en el que venga el vendedor. No me imagino cómo tiene que ser levantarse con este tío en casa por las mañanas.

¡Dios bendiga la Teletienda!

Cuando veo según qué series (normalmente americanas) suelo compadecer a esos pobres padres a los que les ha tocado un hijo con tintes de esquizofrenia que ve monstruos en su cuarto cada noche. No sé si ésto sólo ocurre en Estados Unidos, porque yo no conozco casos similares, o tal vez sea que los españoles los tenemos más cuadraos desde bien pequeñitos. En cualquier caso, esas pobres personas que han de soportar noche sí noche también a su niño en su cama (obviamente cortando cualquier posibilidad de acercamiento nocturno entre papá y mamá) están de enhorabuena.

Si tu churumbel sigue mostrándose escéptico ante las explicaciones racionales ('cariño, exceptuando al inspector de Hacienda, los monstruos no existen') o las distintas técnicas espirituales para ahuyentarlos ('si se te aparece, patada en los huevos y a correr'), este invento te permitirá volver a disfrutar de noches íntimas con tu pareja. El Monster Spray es un pequeño spray que espantará a los monstruos de debajo de la cama de esa nenaza que tienes por hijo; rocíalo antes de acostarlo y, para asegurarte de que ese pequeño mamoncete no aparecerá en vuestra habitación a tiempo de presenciar una escena que sin duda le acojonará muchísimo más que el mismísimo Godzilla, déjale el botecito a mano para que pueda utilizarlo en los momentos críticos. Ah, qué bonita es la ignorancia.

NOTA: este spray está probado sobre monstruos de diversas clases, aunque nada se especifica acerca de sus efectos sobre el malvado mono del armario.


Por todos es bien sabido que la mitad del dinero que destina una família a la educación de su hijo se invierte en bolígrafos. Por supuesto, las madres se formulan la eterna pregunta: '¿cómo es posible que mi hijo, con la de bolis que gasta y lo que tiene que escribir para gastarlos, me haya suspendido diez de las nueve asignaturas que tiene?'. Llegados a este punto hay que saber contemplar todas las posibilidades:

-Su hijo, señora, se dedica a dibujar en clase.
-Coño, pues con la de bolis que me pide debe ser como el Velázquez ese.

-Su hijo, señora, se pasa toda la clase escribiendo cartas de amor a su compañera.
-Coño, pues la de bolis que me pide o es más feo de lo que yo pensaba o la compañera es lesbiana.

Como estos, mil ejemplos más. Sin embargo, no te equivoques; en la gran mayoría de los casos, la desaparición repetida de bolígrafos y demás utensilios es debida a la implacable acción de esa degenerante y odiosa raza que encuentras donde quiera que vayas: los gorrones.

Se empieza cediendo al eterno 'déjame el boli un momentín' y se acaba embargado y con el cobrador del frac en la puerta de tu casa sosteniendo una factura de la marca Bic por un valor mayor que el de tu propia vida. No obstante, la la empresa Fred ha dado con la solución.

El pack 'Borrow my pen' incluye ocho bolígrafos que volverán a tus manos tan pronto el gorrón lea la leyenda impresa en cada uno de ellos. Desde 'Centro de Adicción Sexual de Spriengfield' hasta 'Dr. Lance Hughes, proctólogo'; todas las inscripciones resultarán eficientes a la hora de espantar a ese desgraciado que quería adjudicarse tu boli. No obstante, como todo, tienen sus desventajas, que en este caso resultan más que evidentes: que no te pillen usándolos si no quieres acabar con tu vida social de una vez por todas.

Increíble, pero cierto. Algunos estudios (a saber cuáles) han demostrado que una vida no rutinaria alarga la misma unos cuantos años. El caso es que un tal Arakawa y una tal Madeline Gins decidieron sacar tajada de la idea de que joderse la vida puede hacerle a uno vivir más tiempo.


Lo que nadie esperaba es que las perversas mentes de estos dos seres diabólicos fueran a llegar hasta estos extremos insospechados. La revolucionaria idea de los hijos de Satán es esta: edificios sin orden ni concierto que le hacen a uno vivir de forma muchísimo más incómoda. No me refiero a incómoda en plan 'mi casa no incluye váter de esos que te limpian el ojete con chorritos de agua', no: me refiero a incómoda de verdad.

Para empezar, las habitaciones son cubos de cemento que pueden cambiar de posición en cualquier momento. Así pues, es posible que un día te levantes a las 4 de la mañana medio dormido a plantar un mojón y a la mañana siguiente descubras que aquello que abriste no era la tapa del váter sino el baúl donde guardas tus vinilos. Quizá una noche cualquiera dejes a tu hijo en su cunita y al cabo de unos días logres encontrarlo en el ático en un estado poco recomendable. Además, para mayor hijoputismo, los interruptores de la luz no se corresponden con las habitaciones; esto es, que no esperes que el interruptor que hay en el salón encienda otra luz que no sea la del sótano. El suelo, por supuesto, es de todo menos liso; no estaría de más que tuvieras una cuerda y un piolet a mano en todo momento por si la cosa se complica y te ves obligado a escalar para llegar al sofá (si es que sigue ahí). Y si a todo ésto le añadimos unos colores en las paredes que harían llorar al Niño Jesús, ¡bingo! tenemos la casa más incómoda, fea y poco práctica del planeta. Eso sí, vivirás unos años más... unos años que pasarás cagándote en la madre del que construyó el edificio o suplicando a tus hijos que te metan en un asilo.

Probablemente todos aquellos que tengáis perros en casa sepáis lo incómodos, pesados y taladrantes que resultan cuando sienten la necesidad de atender a la Llamada de la Naturaleza. Ésto se eleva a su máximo exponente cuando vuestro vecino tiene una perra de buen ver en celo, llegando la situación a extremos insoportables para cualquier ser humano.

Pero ¿acaso tiene la culpa el pobre cánido de haber caído en una família que no tiene féminas con las que él pueda desahogarse y de tener que recurrir a sus derivados más insípidos, como la pata de la mesa o la pierna de tu madre? ¿Acaso no tiene derecho este pobre chuchillo a descargar todo su amor periódicamente?

La solución es sencilla: hazte con este maniquí y deja que tu perro se consuele de vez en cuando. Es cierto que recuerda muy vagamente a una perra y que se parece más a la aspiradora de los Teletubbies que a otra cosa, pero bueno, si tu perro es un fetichista viciosillo lo agradecerá. Y si no, ya sabéis aquello de que en tiempo de guerra cualquier agujero es trinchera.

La muñeca tiene una superficie suave que se limpia fácilmente con un paño húmedo, y un depósito situado estratégicamente para poder recoger los potenciales cachorritos y tirarlos a la basura. Vale 59'95$, pero ver a tu perro tirarse a un subproducto de R2-D2 no tiene precio.

Si eres una de esas personas que continuamente están esperando a que algún desgraciado entre a robar en su casa, el IM-5 Launcher puede ayudarte a dormir más tranquilo por las noches.

Lo cierto es que, aunque el nombre acojona, su aspecto es más propio del arma que llevaría una especie de Barbie asesina. Pero tranqui, la risa de los ladrones no durará mucho: en cuanto aprietes el gatillo, hasta 5 bolas de pimienta cambiarán las carcajadas por estornudos, ojos llorosos y caras inflamadas. Ahora es el momento de llamar a la policía.

Puedes hacerte con esta afeminada pero eficaz arma por 299$.

NOTA: si eres estadounidense probablemente te salga más rentable hacerte con una de esas 9mm que regalan al abrir una cuenta bancaria y, de paso, podrás mandar al otro barrio a ese hijo de perra que venía a robarte, violarte o pedirte azúcar. Sayonara, baby.

¡Saluditos!

Hace mucho tiempo que no actualizo. Lo cierto es que, tras acabar exámenes, estaba tan pletórico que raramente paré por casa más de 24 horas seguidas, hasta el punto de que llegué a olvidar que tenía un blog y tres fans (haw haw haw!). Un par de comentarios y un e-mail del concurso de 20blogs me hizo recordar que de mí dependía entretener durante 30 segundos diarios a las pobres personitas aburridas que caían en este sitio alejado de la mano de Dios. Así que, tras meditarlo durante casi dos meses, he decidido retomar mis actualizaciones.

Eso sí, para evitar chascos, aviso de que esas fechas que todos los estudiantes que no hemos dado el callo durante el curso tememos se aproximan, así que es probable que vuelva a ausentarme en breves, aunque espero que sólo sea por unos días.

Gracias a los que han seguido dejando comentarios (tanto en los artículos como en el chat) animándome a retomar esta empresa condenada al fracaso desde el mismo momento en que fui yo quien la emprendió. ¡Espero que sigáis disfrutando del blog!