¡Estamos en crisis!

Publicado por Nando | 14:20 | | 8 comentarios »

Sé que últimamente apenas actualizo, pero lo cierto es que está empezando a costarme lo suyo encontrar inventos cutres pero a su vez lo suficientemente decentes como para aparecer aquí. Sumado a que ya he empezado las clases y de lunes a jueves lo tengo chungo, no sé cómo acabará la cosa. El caso es que me sigue apeteciendo escribir, así que estoy recopilando y reescribiendo algunos relatos que tenía por aquí abandonados; no descarto la idea de abrir un blog paralelo en el que compartirlos con vosotros.

Esto no es un adiós, ni mucho menos. Es un "paciencia", estamos trabajando en ello.

Ehr... lo cierto es que me da bastante vergüenza decirlo, pero hace un rato he ido a por Juanra (que estaba reposando tranquilamente en un cajón desde las 5 de la tarde) y... bueno, digamos que su estado de salud era mejorable. Mientras intentaba aplicarle curas y limpiarle las mierdas (tenía un total de cinco en pantalla, de Juanra sólo se veía la mitad del cuerpo porque si no no había hueco para los zurullos) ha emitido un pitidito a forma de queja y, temiendo lo peor, le he llevado a urgencias. Tras unos tensos minutos esperando, el doctor ha salido de la sala y en un acceso de ira ha lanzado los guantes al suelo. Su mirada me lo ha dicho todo.

-Ha... ha dejado de pitar.
-Pe... pero... ¡eso es imposible! ¡¿Ha probado a jugar con él al juego de recoger notas musicales?!
-Hemos hecho lo posible. Lo lamento.
-¡¡NO, MALDITA SEA!! -se lanza contra el cristal a través del cual ve a Juanra cubierto desde la antena hasta la pila con un kleenex- ¡¡JUANRAAAAAAAA!!

El marrón ahora son los servicios sociales, que ya están llamando a mi puerta con una orden de registro para confiscarme cualquier mascota o pila de botón que tenga en casa. Los orejones de mi pobre conejo tiemblan, pero estate tranquilo, Spielberg. Saldremos de esta. Ya lo verás.


PD: ¡me complace anunciar que Tanais ha ganado la porra por aproximación!

Bueno, un poco tarde pero comienzo con el experimento.

Esta mañana he insertado la pila al Tamagotchi y tras unos pocos pitiditos de bienvenida y una breve configuración he obtenido mi huevo. Unos minutos más tarde salía de él Juanra, una bola blanca y saltarina compuesta por poco más de diez píxeles.

Tras darle su primera comida (en realidad han sido siete primeras comidas, dado que el medidor de hambre seguía alto cuando ya iba por el tercer plato) y jugar con él a recoger con una taza notas musicales que caen del cielo (ah, qué tiempos aquellos en que los niños aún salíamos a los parques a jugar a recoger notas musicales voladoras) se ha puesto a dormir, y... bueno, y nada, ahí está. Ha cagado y se lo he limpiado. Y creo que eso es todo. Me ha salido paradito, el chico.

Hay muchas más funciones que aún no he descubierto; en otro momento hurgaré un poquito a ver qué encuentro. Por lo que he podido deducir, se trata de la versión 3 de la saga Tamagotchi (como el de la foto). Y a mí que la primera ya me parecía complicada.

Esta tarde he pasado por delante de unos chinos, y uno de los artículos que se exponían en su escaparate me ha llamado poderosamente la atención. Se trata de una rueda de hámster que se conecta al puerto USB de tu ordenador y que gira conforme tecleas; al parecer, más pulsaciones por minuto hacen al bichillo aumentar su velocidad.





Lo cierto es que no le veo ningún tipo de utilidad ni de gracia, si lo compré fue en un impulso consumista que se apoderó de mi cartera tan pronto como la encargada me dijo que costaba 4'95€. En fin, he pensado conectarlo y ver qué tal va para poder hacerle una review.

Uhm... bien, ya está conectado. Lo cierto es que resulta de lo más estúpido ver a esta alimaña correr emitiendo un más que artificial ruido de engranajes forzados cual si de un camión de tres toneladas marcha atrás en pendiente ascendente se tratase. Menuda mierda, cinco euros a la basura. Odio esto, siempre me pasa igual, y sin trabajo estoy como para ir tirando el dinero. Que estoy ya hasta los cojones de ir a las tiendas con billetes del Monopoly maquillaos, leche. ¡Pero qué asco de sociedad consumista! ¡Y ahora que si la crisis, que todo sube menos los sueldos! ¡¡Pero qué basura de existencia!! ¡¿Y tú que miras, maldita rata mecánica?!

¡¡CORRE, MAMÓN, CORRE!! 1243123ADAS DADASF ADAHFHADFGAJKY IAAAAAAAAAAAAA


Moraleja: todo en este mundo, por estúpido que parezca, tiene su utilidad. Nando acaba de encontrarle un sustituto ideal a su pelota antiestrés.

Cualquier amante del cine americano sabe que todo presidente de Estados Unidos tiene un espacioso despacho con un gran ventanal, bajo el cual se sitúa el escritorio -flanqueado por dos banderas de barras y estrellas- que esconde en algún sitio un cajón secreto que, a su vez oculta el famoso Botón Rojo. Sí, hombre, ese Botón Rojo con una pegatina amarilla y negra en la que dice "DANGER", protegido por una carcasita de plástico duro que sólo se abre si se insertan tres llaves a la vez.

El caso es que el botoncito este lanza un racimo de unos cuantos cientos de misiles nucleares que se dirigen a las capitales y ciudades más importantes de cada nación para destruirlas y tal. Lo normal, vaya, algo que todo presidente debería tener a mano por si acaso. Ahora cobra sentido lo de la etiqueta de "DANGER". Y tan danger, oiga.

¿Y cuántas veces, frente a la pantalla del ordenador, habéis pensado lo genial que resultaría destruir el mundo en apenas unos segundos? ¿Qué...? Oh, vaya. Bueno, para seros sincero, yo tampoco lo he pensado nunca. Pero oye, una vez visto el aparatito a uno le entra el gusanillo... no sé, ¿será verdad lo de que sólo las cucarachas y Epi y Blas sobrevivirán a una hecatombe nuclear?

Bueno, ahora podemos comprobarlo. El Armageddon USB hub es un gadget que se alimenta por la toma USB de tu ordenador. Además, incluye un concentrador con cuatro puertos adicionales, por si quieres cargar tu iPod antes de mandar el mundo al carajo. Si es que está todo pensado.


La fauna que uno puede encontrar observando detenidamente una avenida concurrida es diversa. Distinguiremos dos grupos: la fauna de a pie y la fauna motorizada. Entre los primeros siempre encontraremos algún ejemplar de abuela kamikaze intentando cruzar la calle cuando se acerca el único tráiler de 18 ruedas que ha visto esa ciudad en su historia. Si hay alguna obra cerca, con toda seguridad una manada de abuelos "enmistiempos" acecharán a los trabajadores, hablando por lo bajini y rajando a lo grande; el macho alfa comentará que "en mis tiempos cargábamos vigas de aleación de titanio al hombro y sólo descansábamos en años bisiestos" y el resto de la manada asentirá con cara de indignación. No, no: de profunda indignación.

Si tenemos suerte, veremos al guardia que sonríe mientras pone la multa al coche mal aparcado, al niño de la moto trucada (más audible que visible) o al que se hace el loco y se aleja con disimulo de la plasta que su querido perro acaba de depositar delicadamente frente a un portal. Todas estas especies son bellas y únicas, si bien a mí me fascinan las pertenecientes al grupo de los motorizados. El del Seat León amarillo que perdió la audición cuando surprimo le regaló una caja de bajos tó guapa para el maletero meid in Yapán y el último CD de Las Chuches; el digno empresario de pelo cano con el móvil en la oreja que te perdona la vida desde el asiento de su Mercedes cuando le comentas que si hubiera estado atento al cruce aún conservarías los dedos de tu pie izquierdo; el novato acojonao, cuya L en la luna trasera ilumina la cara del reshulón del Seat León, que mete tercera para que todo el mundo oiga rugir su tubo de escape nuevo; el novio de la de la autoescuela, que o se porta muy bien con ella o tuvo mucha suerte con el regalito del último Kinder Sorpresa.

Y si algo tienen en común estas especies tan diferentes es el taco. El insulto, la injuria, la ofensa, el improperio, el escarnio, la mofa. Llámalo como quieras, pero acordarse de la família del desgraciado que se ha saltado el ceda siempre le ayuda a uno a llevar mejor lo del estrés. Y si bien un "questabaenrojojoputa" a pleno pulmón, por la ventanilla y con el brazo en alto es difícilmente mejorable, ahora la gente algo más tímida puede desquitarse con el Drivemocion, una superficie de LEDs que se acopla a la luna trasera y que te permite darle recuerdos a la madre que parió al de detrás. Sí, bueno, también puede mostrar caritas felices y guiños de ojo... ¿pero quién querría expresar semejantes tonterías?

El aparatejo es inalámbrico, funciona con cuatro pilas AA y cuesta 24'99£

Resulta que el otro día estaba yo por el campus cuando ví a lo lejos, tirado en el suelo, un pedacito de plástico blanco y rojo. Me acerqué y cuál fue mi sorpresa al descubrir que se trataba un Tamagotchi.

Supongo que todos (especialmente los que tengáis hijos de mi quinta) los recordaréis aunque os pillaran algo mayores. Los Tamagotchis eran unas mascotitas virtuales a las que debías alimentar cuando tenían hambre, limpiar cuando se cagaban y curar cuando se ponían enfermas. Además podías jugar con ellas, debías vigilar su alimentación y asegurarte de que hacían ejercicio regularmente para crecer sanas y fuertes. Conforme pasaba el tiempo, y dependiendo de cómo hubieras cuidado a tu Tamagotchi, éste crecía y evolucionaba a una forma u otra. El objetivo era, básicamente, que te durara el mayor tiempo posible.

Para ello se valía de una poderosa arma: el PIC, o Pitido Infernal de los Cojones. Cuando algunas de las necesidades del bicho había de ser cubierta rápidamente, se ponía a pitar como un loco sin importarle que fueran las cinco de la tarde o las tres de la mañana. Ello provocó que más de una madre pusiera a su hijo con el culo en pompa y, tras simular que sacaba un supositorio, le calmara con un "tranquilo, que no te va a doler".

El caso es que este juguete, que nació en el 96 en Japón, movió masas durante años. En tan sólo unos meses, 14 millones de personas en todo el mundo tenían su mascotita; en España se agotaron en todos los establecimientos y las listas de espera eran kilométricas. Algunos japoneses llegaron a pagar 100.000 de las antiguas pesetas por uno de estos bichitos, cuyo precio real era de 15€. Se abrieron guarderías de Tamagotchis para que los trabajadores pudieran dejarlos al cuidado de gente especializada mientras ellos se iban al curro.

¿Qué tenía este aparatejo que enganchaba a todo aquel que se atrevía a dedicarle 30 segundos de su tiempo? Yo tuve uno y estuve pendiente de él como el que más, si bien ya no recuerdo exactamente de qué iba la cosa.

Aunque en un principio la idea era cambiarle la pila y regalárselo a mi primo pequeño, he decidido hacer un experimento: el diario de un Tamagotchi. Quiero comprobar si realmente este juego requería tantísimo tiempo como decían; algunas empresas prohibieron a los empleados llevarse el Tamagotchi al trabajo dado que dedicaban más horas a cuidar a sus mascotas virtuales que a hacer sus tareas.

Así pues, el lunes lo pondré en funcionamiento. Me he impuesto una serie de reglas que habré de respetar para que esto tenga sentido:

1.- El Tamagotchi nunca saldrá a la calle conmigo. Estará en casa y, si tengo que salir, se quedará aquí y lo cuidaré cuando vuelva. Por supuesto, la universidad ni verla; tengo una reputación que mantener.

2.- Por las noches le quitaré el sonido para no despertarme cuando haga uso de su PIC; si quiere algo, ya le atenderé por la mañana.

3.- Nada de usarlo durante las comidas, me parece de un atrapismo enfermizo.

4.- En ningún momento se convertirá en el sustituto de mi querido conejo de carne y hueso; es imposible competir contra esos orejones tan adorables.


Contaré los días que tarda en morir, comentaré cómo evoluciona y qué tal se porta, y comprobaremos si la mascota realmente requiere que se le preste atención las 24 horas diarias o, por el contrario, era una mera excusa de gente a la que le era tan difícil salir de casa sin este huevo de plástico como a mí sin gallumbos.

Recuerdo que cuando era pequeño siempre estaba el típico de la clase que se lo comía todo, desde los borradores hasta las ceras, pasando por pegamento, tiza y lápices. Nosotros lo admirábamos, le tirábamos el contenido de nuestros estuches como quien tira cacahuetes a los monos y pensábamos que de mayor sería el más grande y fuerte del pueblo.

Lo de aquel sacapuntas mal masticado fue una verdadera lástima.

El caso es que recuerdo (y esto es verídico) que la madre del chaval en cuestión llamó la atención a los profesores y les dijo que si el niño tenía hambre porque ya eran casi las 12 del mediodía, lo que no podían hacer era ponerle a pegar cosas con pegamento de barra porque "es pequeño y no sabe que eso no se come".

-Pero señora, si el otro día le pillamos a las 9 de la mañana mordiendo los marcos de las puertas...

En fin, supongo que hay gente para todo. El caso es que alguna madre sufridora que no conseguía que su hijo adicto al Pritt almorzara como un niño normal y corriente decidió inventar la mantequilla en barra. ¿No te gustaba el pegamento? Pues hale, ponte a untar tostadas, machote, que ya verás qué decepción cuando les pegues un bocao y no percibas esa agradable sensación de tener la lengua adherida al paladar.

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Bueno, como podéis comprobar, ya estoy de vuelta. Los exámenes han acabado y el lunes empiezo el nuevo curso, así que vuelta a la rutina... ¡y esperemos que ello me sirva para actualizar periódicamente!

Oh, y muchas gracias a los que me desearon suerte y preguntaron por mí durante mi ausencia :)

Volvemos con Vince, el único hombre capaz de mezclar cuatro idiomas conocidos con otros procedentes de galaxias lejanas, aderezándolo todo con algún que otro sonido gutural. Una vez más sobran las palabras, este tío es un hacha.



Frases a destacar:

"Hola, soy Vince con Shamwow. Estarás desiendo 'wow' cara ves que usas este toalla"
"Sabías que en Alemaña hasen cosas buenas"
"Pueres cortar a la mitad: la usas como tapete de baño, seca tus trastes con la otra"
"El difecto no solamente estará di la parte di ariba"
"Y mira esto: es practiquemento seco"


Lo sé, no es tan bueno como el de Slapchop, pero valía la pena verlo.

La tecnología consigue, una vez más, que aparquemos de por vida otras 100 ó 200 neuroncillas sobrantes cuya tarea ahora puede desempeñarla un pedazo de plástico plateado que funciona a pilas. No les lloréis: es ley de vida.


Y ese pedazo de plástico que ha mandado a otro puñado de neuronas a la cola del INEM es el Weather Man Forecaster Clock, una estación meteorológica de las que tan de moda están desde hace un tiempecillo. Mi padre tiene una: colocas una sonda en el exterior y ésta recoge información meteorológica que envía de algún modo (no me preguntéis cuál, que yo soy de letras) al aparato situado en tu salón, pudiendo así consultar el tiempo y las predicciones. Así, si veías que se acercaba tormenta, sólo tenías que salir al balcón y comprobar si hacía fresquito para saber si coger la chaqueta o no...

¿Qué? ¿Pero qué trabajo de esclavos es ese? ¿En serio pretendes que camine hasta el balcón para después volver a caminar hasta la habitación para coger la chaqueta, y volver a caminar hasta la puerta para salir?

¿Pero estamos todos locos?



¡Nada, hombre, nada! Ahora compramos una estación meteorológica en la que sale una personita vestida para la ocasión, para que nosotros sólo tengamos que copiar su vestimenta si no queremos pasar ni frío ni calor. ¿Que el muñequito en cuestión sale con chaqueta? Ya sabes, chaquetita y a la calle. ¿Que sale en pantalón corto? Pues nos vestimos como el pequeño de los Alcántara y a disfrutar del solecito.

¿Que la sonda se jode, la pantalla LCD da problemas o el mecanismo del aparatito se vuelve loco? Pues saldremos con bufanda, gorro de lana y tabla de snowboard un 17 de julio a cagarnos en los ancestros del chino que ensambló semejante máquina infernal. Pero nos lo tendremos bien merecido.

Si alguien sigue pensando que la actividad cerebral está sobrevalorada, puede hacerse con este aparatejo en ukweathershop.co.uk por 31'42£.


PD: ahora sí, los exámenes se me echan encima, cosa que habréis notado dado el bajón de actualizaciones de esta última semana. En cuanto encuentre un ratito meteré algo, y espero que a partir del lunes o el martes que viene pueda retomar la seguidilla. ¡No me abandonéis, sólo serán 5 días!

Si alguien ha jugado alguna vez a "burro" sabrá la mezcla entre nervios y euforia que se vive en cada mano. Para los que no conozcan el juego, consiste en ir pasando cartas hacia el jugador de tu derecha, de forma que a la vez que pasas una recibas otra por tu izquierda. El primero en conseguir cuatro cartas iguales coloca la mano en el centro de la mesa y grita "burro", y todos los demás jugadores han de colocar sus manos encima de la del ganador tan rápido como sea posible, ya que el último en colocarla pierde. Todo esto a toda leche y sin apenas tiempo para pensar.

Bien, ¿te imaginas que el que perdiera recibiera una descarga eléctrica en la mano? ¡No hace falta imaginarlo! Por 29'70€ puedes hacerte con el Lightning Reaction Revenge, un juego de reflejos que castiga al más lento con un calambrazo nada despreciable. Cada jugador coge uno de los cuatro mandos y se pulsa el botón central; entonces, el artilugio empieza a emitir unas lucecitas y un sonido desquiciante durante un periodo de tiempo aleatorio. En cuanto la actividad cesa, el último jugador en pulsar el botón de su mando recibe una descarga eléctrica. En esta versión mejorada del juego (los modelos anteriores eran el Ligthning Reaction y el Lightning Reaction Extreme), además, se incluye una modalidad aún más destroyer: sólo se salvará del calambrazo el primero que pulse el botón, que verá a los demás jugadores soltar el mando entre grititos.

Podéis comprarlo en la tienda online MyCrazyStuff.com, y la verdad es que a mí me parece una pasada de juego. Funciona con tres pilas AAA (incluidas en la caja), pero desde luego la descarga es mayor de lo que a priori podría parecer.





Tras ver este vídeo uno se siente con ganas de retar a ese desgraciado que te robaba el bocata en el recreo cuando eras pequeño, o al cuatroojos que no te dejaba copiar en los exámenes, o a ese portero de discoteca que te echó de mala manera simplemente porque no podías mantenerte en pie. Si existe una forma más viril de solventar las diferencias entre dos personas, yo no quiero saberla.

Era de esperar que tarde o temprano alguien inventara algo en respuesta al Kiniki, aquel bikini que os ponía morenitas sin necesidad de hacer topless. Y así ha sido: la tienda online alemana Racheshop ha puesto a la venta un bikini cuya tela se desintegra a los pocos minutos de entrar en contacto con el agua. Así de simple.

Por supuesto, no han faltado las pataletas de las de siempre, aquellas que sólo tienen como objetivo en la vida ver machismo y denigración donde quiera que vayan. La defensora de los derechos femeninos Rosmarie Zapfl ha dicho que "es un insulto a la mujer que siquiera exista este invento”. Curiosamente, nadie se ha quejado de que exista su homólogo masculino (un bañador fabricado en la misma tela).

Ya sabéis qué regalar el verano que viene (para este ya llegamos un poco tarde). Eso sí, más te vale tener confianza con tu amiga/o y asegurarte de que se toma las cosas con sentido del humor si no quieres que sea ella/él la/el que te desintegre a tí, y no precisamente a base de agua.

Savona: la ducha multiusos

Publicado por Nando | 4:11 | 6 comentarios »

Si algo hemos aprendido de los inventos que he ido colgando (en todos los aspectos) durante todos estos meses es que la raza humana va a peor. Y puedo volver a demostrarlo.

La casa Di Vapor pensó en algún momento que podía ser buena idea crear una ducha que añadiera algunas pijotadas útiles a costa de lanzar su precio a la estratosfera. Por pijotadas útiles podemos entender dispositivo de vapor, un panel de control para regular la humedad o la temperatura del mismo, una radio...

-Espera, ¿has dicho una radio? ¿En la ducha?
-Déjame continuar.

...una luz, un ventilador...

-¿Un ventilador? ¿Para qué...?
-¡Tsssch!

...un reproductor de música MP3...

-Pero si yo ya tenía uno en el soporte del papel higiénico...

...o un teléfono.

Sí, señores, un teléfono. De esos para llamar. En la ducha. Dentro de ella. Que funciona mientras te duchas. Para que hables. Y esas cosas.

Un teléfono en la ducha.

¿Es este el futuro del ser humano? ¿Es esta nuestra máxima aspiración? ¿Permitir que una adolescente rubia y pija, capitana del equipo de animadoras y la más popular del insti, pueda hablar con su amiga la borrega lameculos en una infinita retahíla de 'oseas', al ritmo del grupo pop del momento (compuesto por cinco metrosexuales de dudosa virilidad) que se escucha por los altavoces, mientras una nube de vapor abre sus poros y purifica su piel para que esté deslumbrante en el baile de graduación? Seguro que su padre, el ejecutivo casado felizmente con esa estupenda ama de casa y mejor madre, se gastó bien a gusto las 1800 libras que vale el jodido aparatito. ¡Ah, no, espera, que lo compraron nada más salir! Entonces les costó 3000.

"¡Hey, tía, te dejo, que mi padre me va a llevar en su Rolls Royce al centro a comprarme unas botas que vi el otro día que, osea, eran súper monas!".

A tomar por culo.


PD: por cierto, poco a poco seguimos creando El Baño. Ya podemos equiparlo con el soporte musical de rollos de papel, el móvil con maquinilla de afeitar, la impresora de papel higiénico y esta magnífica ducha con teléfono. Sólo nos falta la nevera y algún tipo de bidé acolchado en el que se pueda dormir para poder vivir en cinco metros cuadrados.

Uhm, lo cierto es que llevo 15 minutos intentando encontrar la forma de escribir sobre esto, pero cada vez que intento ponerme acabo perdido en mis pensamientos intentando imaginar a qué clase de persona se le pudo ocurrir semejante invento, jojo.

Bien, centrémonos. Supongo que todos sabréis lo que es un podómetro, ¿no? Sí, hombre, aquel aparatito que uno se engancha a la zapatilla y que va registrando cada paso que das, para poder hacer una estimación al final del trayecto. Pues esto es lo mismo, pero en vez de en la zapatilla uno se lo coloca en la churra. Ya sabéis, una cenita romántica con la novia, una sesión de cine en la sala más vacía, que si 'ay, cuánto te quiero', que si 'ay, dame un besito', que si 'ay, cariño, que me estás clavando el móvil'... ¿el móvil? ¿No te lo habías dejado en casa?

Con el penómetro debidamente colocado, comienza la acción: descubre si tú no provienes del mono, sino del conejo, comprobando tu puntuación al acabar. Ya estoy imaginando las conversaciones al día siguiente con los amigachos:

-Ts, ts, mira la puntuación que conseguí ayer con la Jenny y aprende, chavalote.
-¡Joder! ¿Pero en urgencias qué le dijeron?

¿Qué? ¿Que se te ocurre otra utilidad para esto? ¡No me lo creo!

NOTA: y NO, una puntuación de 5 NO es normal.

Bien sabéis que no me gusta salirme del tema principal de mi blog si no es necesario, pero lo que voy a decir me lo pide el cuerpo a gritos.

Escribo esto a raíz de varias 'invitaciones' que he recibido de gente que propone cambiar votos para el concurso de Premios 20blogs de La Blogoteca, y tras haber visto que hay blogs en los que la mitad de comentarios son del tipo 'si me votas, te voto'. Bien, señores, sepan ustedes que gracias a cosas como ésta resulta de una ingenuidad enorme esperar que alguien juegue limpio en un concurso que ofrece la oportunidad al participante de tener voz y voto en la elección de los ganadores. Cuando yo me curro mi blog (o al menos lo intento) lo hago para que el que entre disfrute con mis entradas y porque yo mismo me lo paso bomba escribiéndolas y releyéndolas más tarde. Y en un concurso que valora precisamente eso, me parece de lo más pueril y lamentable que tanta gente pretenda ganar puestos con intercambios de votos que harían llorar al Niño Jesús.

Por si esto sirve para disuadir al siguiente que entre a ofrecerme un intercambio, el concurso en sí me importa un carajo. ¿Que gano (cosa poco probable)? Perfecto. ¿Que quedo en un lugar aceptable? Perfecto. ¿Que quedo relegado al último puesto? Igualmente perfecto, mayor motivo para currármelo más, y creedme cuando os digo que no me quitará el sueño. Que nadie espere que le vote por el simple hecho de que él/ella me haya votado a mí, porque se va a dar en los morros. Si aún queda alguien con principios entre los participantes (que supongo y espero que sí), curráoslo y tendréis mi voto, y supongo que como el mío unos cuantos más provenientes de gente que sepa apreciar un trabajo bien hecho y conozca el significado de la palabra 'mérito'.

Después nos cascarán concursos del tipo 'envía un SMS' o 'regístrate' y listo, y nos preguntaremos por qué hacen concursos tan poco interactivos. Y es que tenemos lo que nos merecemos.

Hoy saldré un poco de la tónica que hasta ahora he venido siguiendo en cada actualización para mostraros algo que todo el mundo debería ver. Nada de descripciones, comentarios o críticas: Slap Chop en estado puro.




Frases a destacar:

"Mira mi papa: un golpe, glandes. Más golpes, papas fritas"
"Aquí llega un shampiñón"
"Orias haser ensalaras, por eso no las hases"
"No más tuna aburrida"
"Mira mi huevo"
"Ahora tu vira está más exitante"
"Te cuesta un dólar en la tienda de helaros"
"Sebollas me hasen llorar, te hasen llorar, no más llorar"
"Pacos, borritos, lengüini, perechini, martini, riquini"

Lo cierto es que el invento es la leche, aunque yo quiero un pack en el que venga el vendedor. No me imagino cómo tiene que ser levantarse con este tío en casa por las mañanas.

¡Dios bendiga la Teletienda!

Cuando veo según qué series (normalmente americanas) suelo compadecer a esos pobres padres a los que les ha tocado un hijo con tintes de esquizofrenia que ve monstruos en su cuarto cada noche. No sé si ésto sólo ocurre en Estados Unidos, porque yo no conozco casos similares, o tal vez sea que los españoles los tenemos más cuadraos desde bien pequeñitos. En cualquier caso, esas pobres personas que han de soportar noche sí noche también a su niño en su cama (obviamente cortando cualquier posibilidad de acercamiento nocturno entre papá y mamá) están de enhorabuena.

Si tu churumbel sigue mostrándose escéptico ante las explicaciones racionales ('cariño, exceptuando al inspector de Hacienda, los monstruos no existen') o las distintas técnicas espirituales para ahuyentarlos ('si se te aparece, patada en los huevos y a correr'), este invento te permitirá volver a disfrutar de noches íntimas con tu pareja. El Monster Spray es un pequeño spray que espantará a los monstruos de debajo de la cama de esa nenaza que tienes por hijo; rocíalo antes de acostarlo y, para asegurarte de que ese pequeño mamoncete no aparecerá en vuestra habitación a tiempo de presenciar una escena que sin duda le acojonará muchísimo más que el mismísimo Godzilla, déjale el botecito a mano para que pueda utilizarlo en los momentos críticos. Ah, qué bonita es la ignorancia.

NOTA: este spray está probado sobre monstruos de diversas clases, aunque nada se especifica acerca de sus efectos sobre el malvado mono del armario.


Por todos es bien sabido que la mitad del dinero que destina una família a la educación de su hijo se invierte en bolígrafos. Por supuesto, las madres se formulan la eterna pregunta: '¿cómo es posible que mi hijo, con la de bolis que gasta y lo que tiene que escribir para gastarlos, me haya suspendido diez de las nueve asignaturas que tiene?'. Llegados a este punto hay que saber contemplar todas las posibilidades:

-Su hijo, señora, se dedica a dibujar en clase.
-Coño, pues con la de bolis que me pide debe ser como el Velázquez ese.

-Su hijo, señora, se pasa toda la clase escribiendo cartas de amor a su compañera.
-Coño, pues la de bolis que me pide o es más feo de lo que yo pensaba o la compañera es lesbiana.

Como estos, mil ejemplos más. Sin embargo, no te equivoques; en la gran mayoría de los casos, la desaparición repetida de bolígrafos y demás utensilios es debida a la implacable acción de esa degenerante y odiosa raza que encuentras donde quiera que vayas: los gorrones.

Se empieza cediendo al eterno 'déjame el boli un momentín' y se acaba embargado y con el cobrador del frac en la puerta de tu casa sosteniendo una factura de la marca Bic por un valor mayor que el de tu propia vida. No obstante, la la empresa Fred ha dado con la solución.

El pack 'Borrow my pen' incluye ocho bolígrafos que volverán a tus manos tan pronto el gorrón lea la leyenda impresa en cada uno de ellos. Desde 'Centro de Adicción Sexual de Spriengfield' hasta 'Dr. Lance Hughes, proctólogo'; todas las inscripciones resultarán eficientes a la hora de espantar a ese desgraciado que quería adjudicarse tu boli. No obstante, como todo, tienen sus desventajas, que en este caso resultan más que evidentes: que no te pillen usándolos si no quieres acabar con tu vida social de una vez por todas.

Increíble, pero cierto. Algunos estudios (a saber cuáles) han demostrado que una vida no rutinaria alarga la misma unos cuantos años. El caso es que un tal Arakawa y una tal Madeline Gins decidieron sacar tajada de la idea de que joderse la vida puede hacerle a uno vivir más tiempo.


Lo que nadie esperaba es que las perversas mentes de estos dos seres diabólicos fueran a llegar hasta estos extremos insospechados. La revolucionaria idea de los hijos de Satán es esta: edificios sin orden ni concierto que le hacen a uno vivir de forma muchísimo más incómoda. No me refiero a incómoda en plan 'mi casa no incluye váter de esos que te limpian el ojete con chorritos de agua', no: me refiero a incómoda de verdad.

Para empezar, las habitaciones son cubos de cemento que pueden cambiar de posición en cualquier momento. Así pues, es posible que un día te levantes a las 4 de la mañana medio dormido a plantar un mojón y a la mañana siguiente descubras que aquello que abriste no era la tapa del váter sino el baúl donde guardas tus vinilos. Quizá una noche cualquiera dejes a tu hijo en su cunita y al cabo de unos días logres encontrarlo en el ático en un estado poco recomendable. Además, para mayor hijoputismo, los interruptores de la luz no se corresponden con las habitaciones; esto es, que no esperes que el interruptor que hay en el salón encienda otra luz que no sea la del sótano. El suelo, por supuesto, es de todo menos liso; no estaría de más que tuvieras una cuerda y un piolet a mano en todo momento por si la cosa se complica y te ves obligado a escalar para llegar al sofá (si es que sigue ahí). Y si a todo ésto le añadimos unos colores en las paredes que harían llorar al Niño Jesús, ¡bingo! tenemos la casa más incómoda, fea y poco práctica del planeta. Eso sí, vivirás unos años más... unos años que pasarás cagándote en la madre del que construyó el edificio o suplicando a tus hijos que te metan en un asilo.

Probablemente todos aquellos que tengáis perros en casa sepáis lo incómodos, pesados y taladrantes que resultan cuando sienten la necesidad de atender a la Llamada de la Naturaleza. Ésto se eleva a su máximo exponente cuando vuestro vecino tiene una perra de buen ver en celo, llegando la situación a extremos insoportables para cualquier ser humano.

Pero ¿acaso tiene la culpa el pobre cánido de haber caído en una família que no tiene féminas con las que él pueda desahogarse y de tener que recurrir a sus derivados más insípidos, como la pata de la mesa o la pierna de tu madre? ¿Acaso no tiene derecho este pobre chuchillo a descargar todo su amor periódicamente?

La solución es sencilla: hazte con este maniquí y deja que tu perro se consuele de vez en cuando. Es cierto que recuerda muy vagamente a una perra y que se parece más a la aspiradora de los Teletubbies que a otra cosa, pero bueno, si tu perro es un fetichista viciosillo lo agradecerá. Y si no, ya sabéis aquello de que en tiempo de guerra cualquier agujero es trinchera.

La muñeca tiene una superficie suave que se limpia fácilmente con un paño húmedo, y un depósito situado estratégicamente para poder recoger los potenciales cachorritos y tirarlos a la basura. Vale 59'95$, pero ver a tu perro tirarse a un subproducto de R2-D2 no tiene precio.

Si eres una de esas personas que continuamente están esperando a que algún desgraciado entre a robar en su casa, el IM-5 Launcher puede ayudarte a dormir más tranquilo por las noches.

Lo cierto es que, aunque el nombre acojona, su aspecto es más propio del arma que llevaría una especie de Barbie asesina. Pero tranqui, la risa de los ladrones no durará mucho: en cuanto aprietes el gatillo, hasta 5 bolas de pimienta cambiarán las carcajadas por estornudos, ojos llorosos y caras inflamadas. Ahora es el momento de llamar a la policía.

Puedes hacerte con esta afeminada pero eficaz arma por 299$.

NOTA: si eres estadounidense probablemente te salga más rentable hacerte con una de esas 9mm que regalan al abrir una cuenta bancaria y, de paso, podrás mandar al otro barrio a ese hijo de perra que venía a robarte, violarte o pedirte azúcar. Sayonara, baby.

¡Saluditos!

Hace mucho tiempo que no actualizo. Lo cierto es que, tras acabar exámenes, estaba tan pletórico que raramente paré por casa más de 24 horas seguidas, hasta el punto de que llegué a olvidar que tenía un blog y tres fans (haw haw haw!). Un par de comentarios y un e-mail del concurso de 20blogs me hizo recordar que de mí dependía entretener durante 30 segundos diarios a las pobres personitas aburridas que caían en este sitio alejado de la mano de Dios. Así que, tras meditarlo durante casi dos meses, he decidido retomar mis actualizaciones.

Eso sí, para evitar chascos, aviso de que esas fechas que todos los estudiantes que no hemos dado el callo durante el curso tememos se aproximan, así que es probable que vuelva a ausentarme en breves, aunque espero que sólo sea por unos días.

Gracias a los que han seguido dejando comentarios (tanto en los artículos como en el chat) animándome a retomar esta empresa condenada al fracaso desde el mismo momento en que fui yo quien la emprendió. ¡Espero que sigáis disfrutando del blog!

Seguimos con los mandos a distancia. Si el otro día comentamos las dudosas virtudes del mando a distancia gigante, hoy os traigo el revolucionario control remoto que os permitirá controlar a vuestra pareja, sea hombre o mujer.

Ambas versiones cuentan con las teclas más básicas para que la relación de pareja transcurra sin mayores dificultades: en el mando para controlar hombres encontramos los botones "hazme un masaje", "recógeme en coche", "arregla el jardín" y "dame dinero", mientras que en el equivalente para el sexo femenino encontramos "hazme el amor", "hazme la comida", "hazme el amor", "dame una cerveza" o "hazme el amor". Ambos cuentan con control de volumen y "mute", fundamentales.

Si estás hasta los bemoles de que tu perro ignore tus 'siéntate', 'dame la patita' o 'tráeme el periódico, maldito hijo de perra', este dispensador de comida podrá ponerte las cosas más fáciles.

Pongámonos en situación: entras en tu casa y descubres que tu perro no está firme ante la puerta para recibirte. Sueltas un severo '¿Toby?' con el mismo acento con el que Robert de Niro diría '¿abogado?' en "El Cabo del Miedo". 'Sal, ratita, quiero que me des la patita...'. Aparece el chucho, desafiante, lamiéndose la entrepierna y oliéndote el culo a partes iguales. Sacas la pistola, le apuntas al entrecejo y por un momento te sientes como Clint Eastwood en "Impacto Súbito".

No me obligues a castigarte.

Antes de que te des cuenta, Toby te habrá dado la patita, la cartera y los buenos días antes de salir corriendo.

Resulta realmente frustrante buscar el mando de la televisión y no encontrarlo, y a diferencia del móvil, a este no puedes darle un toque a ver si suena. Por ello, algún zumbado ha creído original, vanguardista e increíblemente útil hacer un mando universal del tamaño de tu hermano pequeño. Desde luego, difícil de perder es (y de levantar también).

Parece ser que no ha llegado a oídos del señor inventor aquel aparatito que se acoplaba al mando y emitía un pitido cuando se pulsaba un botón situado en otro terminal, delatando su escondite. Vamos, de esto ha habido variaciones para parar un tren: mandos a distancia, llaveros, teléfonos inalámbricos... El creador de este mando debió cambiar su gatito por un tigre de bengala para tenerlo localizado. No se le ocurrió que tal vez era más fácil ponerle un cascabel.

Como dijo Homer Simpson: "habiendo solomillo, ¿por qué hamburguesas?"

Una empresa inglesa ha puesto a la venta el invento más cruel desde la bomba atómica: el kiniki. Se trata de un bikini fabricado con un material que deja pasar hasta un 80% de la luz solar gracias a unos microagujeros que no se notan a simple vista. Así, puedes ponerte morenita sin tener que hacer topless.

Lo sé, es un duro golpe para todos. Por ello, se ha iniciado una campaña en contra de tal aberración; ya contamos con 10.000 firmas y 600 litros de gasolina que irán destinados a la fábrica. Colabora, es por una buena causa.

Bueno, sé que esto sigue abandonado pero ya queda poco. Concretamente, seré libre el próximo viernes 12 a las 17:40, ¡ya hay ganas!

Este mensaje no tendría sentido alguno si nadie me leyera, pero parece ser que desde hace unos días tenemos a una bloguera aficionada a los inventos frikis pululando por aquí y dejando comentarios, algo que siempre es de agradecer. Esta usuaria tiene como pseudónimo 'T', ¡y desde aquí le animamos a que nos dejes echar un vistazo a su blog!

PD: si eres mi hermana o algún familiar/amigo cercano me hundirás en la miseria.

Viendo la foto no parece tan mala idea, ¿no? Una tumbona al parecer bastante cómoda que incluye un soporte para poder mirar a las estrellas sin tener que ejercitar un solo músculo. Lo que no se aprecia en la imagen es el motor que incluye la hamaca, que mediante un joystick girará la silla 360º, la reclinará o la alzará. Además, un láser en el soporte permite seleccionar qué estrella vas a observar.

Lo que tampoco aparece en la fotografía es la etiqueta con el precio: poder mirar al cielo sin esfuerzos nos costará nada más y nada menos que 1.950$. Y la pregunta es, ¿cuánto pesarán los prismáticos del tío de la foto para que le merezca la pena pagar semejante barbaridad?

No es extraño caminar por la calle y ver a mucha gente, tanto jóvenes como no tan jóvenes, con los auriculares en los oídos. Lo que ya no es tan normal es encontrarte con alguien en cuyas orejas se haya posado un par de moscardones, de mariquitas o incluso de cerdos.



Esto es lo que proponen algunas empresas que han decidido "innovar" en el sector auricular. Y lo decimos así, entre comillas, porque uno no sabe si lo que han decidido es innovar o cambiar de camello. El caso es que en Japón (cómo no) parece que estos artilugios han tenido su buen público, y más de uno y más de dos han salido con un perro salchicha atravesándoles la cabeza o con un par de insectos del tamaño de conejos agarrado a sus lóbulos.







Hay también personas con bastante más clase (y presumiblemente con cuentas bancarias bastante más infladas) que tiran a por algo igual de indiscreto y me atrevería a decir que, aunque más caro, igualmente hortera. Estas cubiertas para auriculares con joyas engarzadas valen la irrisoria cantidad de 3.499 libras, y cada una cuenta con 59 diamantes incrustados en una capa de oro de 18 kilates. Casa Gi es la casa responsable de semejante derroche.


Y es que al final el profesor Frink resultará ser un visionario...






"¡Tranquilas, pequeñas! Estaréis en el mercado antes de que ese inepto logre descifrar el algoritmo de los pepinillos"

Profesor Frink, zumbado

Temporada de exámenes...

Publicado por Nando | 5:10 | 3 comentarios »

Bueno, últimamente me cuesta encontrar un rato para buscar y actualizar con algo decente. Estos días ando bastante de culo estudiando, y así estaré durante el próximo par de semanas. Actualizaré en cuanto tenga algún ratito libre, pero el blog no recobrará su estado de máxima actividad hasta que me quite de encima esta losa. Eso sí, ¡en cuanto pase prometo más y más estúpidos inventos!

Un saludete.

Todo aquel aficionado a la comida china que merezca ser llamado como tal ha de saber que, de todos los suplicios con los que en nuestra triste existencia tenemos que cargar, el peor es tener que llevar el pedazo de sushi hasta el plato de salsa (que suele estar por lo menos a 15 centímetros, hay que ser cruel) para después llevárnoslo a la boca. Ríase usted de los mineros picando piedra, oiga.

Hartos de tan sobrehumano esfuerzo, una serie de pensadores que se relamen con el cerdo agridulce han hallado la solución al problema: los palillos con dosificador de salsa. Llénalos de salsa antes de sentarte a la mesa, coge el trozo de sushi y presiona ligeramente el palillo para regarlo de ese delicioso e indescriptible caldo marrón rojizo. Podrás llenar cada palillo de una salsa diferente para hacer combinaciones que tentarían a los dioses, y además se pueden utilizar como dosificador de colirios.

Parece que el papel higiénico es muy recurrente para esas cabezas llenas de mierda y de cosas geniales que tienen los inventores. Pese a que los dos inventos que ya hemos visto con el rollo de papel como protagonista son realmente sorprendentes, el de hoy se lleva la palma.

Se trata de una impresora con WiFi capaz de imprimir en papel higiénico las actualizaciones de tus webs favoritas mediante RSS. ¿Que lees todos los días cierto periódico digital? Si dispone de RSS, podrás disfrutar de los últimos artículos mientras plantas un pino. Ésto abre todo un mundo de posibilidades: si lo combinamos con el soporte musical de rollos, el móvil con maquinilla de afeitar y metemos una nevera en la ducha, el ser humano al fin podrá alcanzar su sueño: vivir en el cuarto de baño.

MP3 antiacné

Publicado por Nando | 15:39 | , , , , , | 0 comentarios »

El acné es un mal que azota a millones de jóvenes en todo el mundo, una plaga que les impide relacionarse con sus congéneres, una peste que les obliga a esconderse en agujeros oscuros y a pasar allí su pubertad, alejados de la gente que carga guijarros en sus bolsillos con sed de sangre.

¿Qué? ¿Que no es para tanto? ¡A la mierda! ¿Entonces por qué a alguien se le ocurrió fabricar un reproductor MP3 que cura el acné mediante la innovadora -y probablemente estúpida, falsa e inútil- tecnología de los iones de absorción? Porque digo yo que si se incorpora algo así en un aparato tan cotidiano como un reproductor de música es porque el problema es más gordo de lo que parece, ¿no?

El aparatito en cuestión, que vale la friolera de $180, incorpora una brutal memoria de 128MB (¿cómo puede caber tanto en tan poco espacio? ¿Hemos llegado ya al siglo XXII?) y algún tipo de... ehr... 'cosa' que emite iones de absorción, o al menos eso dice la caja. Así que ya sabes: frótate tu MP3 por el careto, deja que el mundo admire cómo tus granos desaparecen y sé la envidia del insti.

Si estás hasta las narices de que tus colegas te pidan el móvil para llamar porque tu tarifa es más barata, no tienen saldo o simplemente no les da la gana gastarse un duro, ¿qué mejor que vengarte soltándoles 900.000 voltios? Este falso móvil es en verdad un arma que lanza descargas eléctricas capaces de freír un mamut en cinco segundos y dejarlo al punto. Incluye una batería CR2 y 12 leds que te permitirán ver hasta en los sitios más oscuros. Su diseño es el de un móvil del pleistoceno, pero así te quedarás más a gusto cuando suelte la descarga a tu colega después de que éste último se descojonara de semejante fósil. Posee dos sistemas de seguridad para evitar descargas accidentales.

¿Que te para un yonqui y te dice que le des la cartera y el móvil? ¡Claro que sí, hombre, faltaría más!

Gafas-embudo

Publicado por Nando | 15:04 | , , , | 1 comentarios »

¿Sabías que por cada litro de colirio que se fabrica se echa a perder más del 60%* por el simple hecho de que la gente no tiene ni idea de cómo aplicárselo? ¿Cuántas personas conoces que acierten a la primera gota?

Alguna buena persona, preocupada por este problema que nos atañe a todos, ha ideado las gafas-embudo: colócatelas, echa una gota y deja que la gravedad haga el resto. Ahora bien, pese a ser muy buena persona, el inventor tenía menos luces que una madriguera de topos: ¿qué impide al usuario cerrar el ojo cuando la gota escurra por el tubo del embudo hacia su pupila? ¿No nos encontramos con el mismo problema de antes?

¿Moderno? Mucho. ¿Bien pensado? No tanto.


* "La gente se inventa estadísticas con tal de demostrar algo, y eso lo sabe el 14% de la gente"

Homer J. Simpson

Si creías que era imposible levantarse con más mala hostia que tú por las mañanas, te equivocabas: cualquiera de los despertadores que listaremos a continuación están pensados para poner a prueba los nervios del más pintado. Eso sí, te garantizan que llegarás puntual al trabajo.


Despertador Blowfly: si lo que más te fastidia cuando estás en la cama es oir el zumbido de un mosquito, esta es (o no es, dependiendo de cómo se mire) tu alarma. Cuando llega la hora, la hélice se pone en marcha y la bola comienza a sobrevolar tu habitación emitiendo un molesto zumbido. Para apagarla tendrás que levantarte de la cama, así que no vale el típico manotazo y media vuelta.


Despertador Clocky: este simpático despertador motorizado caerá de la mesilla y empezará a recorrer la habitación mientras te taladra los tímpanos con pitiditos al estilo R2. Una vez más, tendrás que levantarte y perseguirlo si quieres acabar con tanto sufrimiento inútil. Aquí podemos verlo en acción.


Despertador Sonic Bomb: el nombre lo dice todo. Esta obra del Mal no te despierta, te manda a un universo paralelo durante unos segundos y te devuelve al mundo real de una patada al culo. No logro imaginarme cómo tiene que ser despertarse con esto por las mañanas, pero no demasiado diferente del infierno, eso seguro. Pónsela a tu abuelo, el que se refugiaba de las bombas en cuanto oían la alarma durante la Guerra Civil, y conseguirás cobrar la herencia en 24 horas. Aquí lo vemos.


Despertador Sfera: este despertador de forma esférica pende de un hilo sobre tu cama. Si eres un adicto al 'snooze', Sfera conseguirá quitarte la tontería en un par de noches. Si pulsas dicho botón, la próxima vez que suene (entre 3 y 5 minutos después) la bola habrá subido unos cuantos centímetros. De esta forma, cuando ya le hayas dado al 'snooze' unas cuantas veces el despertador estará tan alto que te verás obligado a incorporarte para apagarlo.


Después de ver estos inventos, uno se pregunta si realmente los que inventaron la bomba atómica fueron tan mala gente.

Si eres de los que les da miedo acercarse a una cucaracha, o eres capaz de acercarte pero incapaz de pisarla porque no soportas ese crujido tan característico bajo tu pie, estas son tus zapatillas. Se trata de un par de pantuflas con mango retráctil, de forma que puedas emplearlas a distancia como un matamoscas. Lo que no sé es hasta qué punto no es más sencillo coger la escoba y así poder caminar por casa sin unas zapatillas que deben pesar medio kilo cada una y sin el mango asomando 15 centímetros por el talón, pero bueno.

Mecedora con dinamo

Publicado por Nando | 16:29 | , , | 1 comentarios »

He aquí la mecedora del futuro: aprovechando la energía cinética creada con el balanceo y convirtiéndola en energía eléctrica, el mecanismo de la parte posterior ilumina el led de la parte superior, con lo cual nuestras abuelas podrán leer el 'Qué me dices!' sin necesidad de lámparas extra. Con un buen alerón y cuatro ruedas, ¡tendríamos algo parecido a un F1 con KERS incorporado! Se trata de la "Novague Rocking Shell Chair" y en su página web, por el momento, no podemos hacernos una idea del PVP del aparatito en cuestión.

Ahora bien, este artilugio sólo podrá ser aprovechado por una nueva y mejorada raza de súper-abuelas, dado que pese a que la idea no está mal, se calcula que hará falta muchísima velocidad de balanceo para mantener la lucecita en marcha.

Ya sabéis, regaladles primero la bicicleta estática y cuando tengan buenos gemelos les decís que han sacado una mecedora nueva la mar de chula.

Sí señores, los japoneses vuelven a superarse a sí mismos sacando la tontería más grande de los últimos años: un móvil con maquinilla de afeitar incorporada, el Rong Zun 758. Y no sólo eso: tanto en la caja como de fondo de pantalla aparece la cara de Beckham, algo que un servidor considera de dudosa legalidad, ya que me resulta difícil de creer que el futbolista promocione semejante tontería de una marca japo de serie B a la que no conoce ni su madre.

No acabo de ver qué garantiza al usuario que el interior del teclado no se llenará de pelos con los primeros tres afeitados, ni qué ventajas puede tener el poseer una maquinilla de afeitar a mano las 24 horas del día, a no ser que en vez de barba tengas un bosque de bambú rollo Jumanji.

Por fin sale al mercado el artilugio perfecto para todos aquellos que viven con compañeros gorrones a los que les gusta la juerga. Si estás hasta las narices de que te quiten la bebida del sábado, por $14 puedes hacerte con esta cerradura con combinación que evitará que salga una sola gota de la botella sin introducir la clave. Técnicamente pueden seguir robándotela, pero al menos te consolará saber que no habrán podido disfrutar de ella.

Eso, y que habrás perdido lo que valga la botella más catorce dólares.

Seguro que alguna vez os ha pasado aquello de estar en un sitio público con el portátil y no encontrar la postura correcta para ver bien la pantalla y poder escribir sin fastidiarte la espalda. Si colocas el portátil bien alto ves la pantalla de lujo, pero puede ser incómodo teclear. Si lo bajas, tecleas bien pero has de forzar el cuello para ver decentemente.

Eso se acabó con el pantalón con teclado integrado. Si tu portátil dispone de Bluetooth, sincronízalos y colócalo donde mejor lo veas, que sobándote los muslos un poquito lo tienes todo hecho.

Yo soy de los que creen que a este pantalón se le puede sacar más partido del que parece. Pongámonos en situación: estás con un amigo/amiga que está cañón y no sabes cómo lanzarte. ¡Deja que lo haga él/ella! Coge el móvil en una mano y llévatelo a la oreja, y con la otra aguanta tu lata de Coca-Cola. Ahora sólo has de decirle con gestos que busque tal cosa en Google, que tú tienes las manos ocupadas ¡MWA HA HA!

El pantalón incluye un ratón en el bolsillo de atrás que también se sincroniza por Bluetooth. El precio aún está por determinar.

Corría el S. XVII cuando a un monje jesuíta de buen corazón y gran bondad se le ocurrió dedicarse a clavar agujas en el ojete de unos pobres e indefensos gatos. Así es: el sujeto en cuestión, con el fin de animar a un príncipe que andaba de capa caída, cazó unos cuantos gatos de diferentes tonos de voz y los metió, ordenándolos del más grave al más agudo, en cajas adosadas a un piano bajo las cuales había una aguja que se elevaba al pulsar la tecla del correspondiente, hincándose en el trasero del minino. Así comenzaban los gatos a cantar, cobrando la melodía un aire machacón conforme las pelotas de los gatos iban hinchándose. Mientras tanto, el príncipe hacía palmas y se partía el culo, aunque no más que los pobres felinos.

Ah, estos monjes, qué juguetones...

*Dedicado a Loïc, el Amante de los Gatos*