Supongo que muchos de vosotros recordaréis aquella genial alarma que inventó Homer Simpson: la "alarma de todo-va-bien". Para quienes no sepáis de qué se trata, era una alarma que sonaba continuamente mientras todo iba bien, y dejaba de sonar cuando había algún problema. Genial, ¿eh? Pues en algún momento durante la II Guerra Mundial alguien tuvo una idea que compite con la brillantez de Homer: "la alarma de la no-falsa-alarma".

El mecanismo es simple: el sujeto introduce el brazo por un cilindro de metal para poder accionar el sistema que envía la señal a los servicios de emergencia. En cuanto este sistema se pone en marcha el cilindro se cierra sobre el brazo impidiendo la huída, de forma que el cuerpo de bomberos pueda meterte un buen paquete si era una falsa alarma y les has hecho perder su valioso tiempo.

Lo que nadie pensó es que, en caso de que exista un fuego real, la persona quedará atrapada y arderá en pocos minutos. ¿No es genial?

1 comentarios

  1. Ricardo Sola // 10 de mayo de 2009, 2:04  

    Excelente invento, ¿te imaginas que en pleno incendio el bombero se echa la mano al bolsillo y descubre que no tiene la llave? BOJAOJAOJAOA