El acné es un mal que azota a millones de jóvenes en todo el mundo, una plaga que les impide relacionarse con sus congéneres, una peste que les obliga a esconderse en agujeros oscuros y a pasar allí su pubertad, alejados de la gente que carga guijarros en sus bolsillos con sed de sangre.
¿Qué? ¿Que no es para tanto? ¡A la mierda! ¿Entonces por qué a alguien se le ocurrió fabricar un reproductor MP3 que cura el acné mediante la innovadora -y probablemente estúpida, falsa e inútil- tecnología de los iones de absorción? Porque digo yo que si se incorpora algo así en un aparato tan cotidiano como un reproductor de música es porque el problema es más gordo de lo que parece, ¿no?
El aparatito en cuestión, que vale la friolera de $180, incorpora una brutal memoria de 128MB (¿cómo puede caber tanto en tan poco espacio? ¿Hemos llegado ya al siglo XXII?) y algún tipo de... ehr... 'cosa' que emite iones de absorción, o al menos eso dice la caja. Así que ya sabes: frótate tu MP3 por el careto, deja que el mundo admire cómo tus granos desaparecen y sé la envidia del insti.
¿Qué? ¿Que no es para tanto? ¡A la mierda! ¿Entonces por qué a alguien se le ocurrió fabricar un reproductor MP3 que cura el acné mediante la innovadora -y probablemente estúpida, falsa e inútil- tecnología de los iones de absorción? Porque digo yo que si se incorpora algo así en un aparato tan cotidiano como un reproductor de música es porque el problema es más gordo de lo que parece, ¿no?
El aparatito en cuestión, que vale la friolera de $180, incorpora una brutal memoria de 128MB (¿cómo puede caber tanto en tan poco espacio? ¿Hemos llegado ya al siglo XXII?) y algún tipo de... ehr... 'cosa' que emite iones de absorción, o al menos eso dice la caja. Así que ya sabes: frótate tu MP3 por el careto, deja que el mundo admire cómo tus granos desaparecen y sé la envidia del insti.
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